Quid est veritas? pregunta Poncio - Es curioso que esta es la respuesta de muchos hoy. "Mi verdad", etc. |
Los católicos no es que tengamos la verdad, es que somos poseídos por la Verdad. En el alma en gracia de un fiel católico habita y se deleita el Espíritu Santo que es Dios, y Dios es la Verdad. Literalmente, nos posee Aquél que es la Verdad.
Por tanto, el cristiano en estado de gracia, y la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, se caracteriza por ser incondicionalmente leal a la Verdad. Esto implica que si hay elementos de verdad en otros credos, culturas, filosofías y líneas de pensamiento teológico, que muchas veces las hay, entonces la cristiandad puede ser receptiva a esos elementos de verdad e incluso promoverlos, pues es leal a la verdad que lo posee. Por lo tanto, la cristiandad no puede ver otros credos (pensamientos, etc.) como enemigos, porque comparten algo elemental. Esto no es cierto de los otros credos, que no sostienen toda la verdad sino que sólo una fracción o parte de ella. Se entiende, entonces, que dichos credos miren a otros credos como rivales ya que, al no ser partes de la Verdad, que los ancla, les faltará esa altura, ese "big picture", y veran lo incompatible como insuperable.
Una analogía buena es la competencia por recursos entre facultades dentro de una universidad. Facultades individuales pueden verse entre sí como rivales al competir por asignaciones de recursos para avanzar sus proyectos educativos que solo colaboran con una fracción del proyecto de la institución. Desde ese punto de vista, el avance del proyecto de una facultad puede ser visto como un retroceso para otra. Sin embargo, quien entrega los recursos, rectoría, se preocupa del proyecto educativo completo y de ese modo es capaz de ver el bien de cada proyecto educativo de sus facultades y como este contribuye al bien global. Hay que tener una visión completa para poder entender y pesar las necesidades relativas de cada miembro.
Es por esto que la Iglesia puede ver otros credos y afirmar y promover los elementos de verdad en ello, mientras que rechaza aquello que es falso en lo que profesan. Por eso se les llama herejias a las enseñanzas erróneas, y no se dice que son "simplemente" falsas. Una herejía no es necesariamente completamente falsa, sino que es una distorsión de la verdad: son sistemas de pensamiento que contienen elementos de verdad mezclado con falsedades. Al hablar de herejías, la Iglesia Católica no quiere decir que otros credos sean rivales sino que hay elementos de verdad y también falsedades que deben ser corregidas. Es notable que otros credos parecen no usar el lenguaje de las herejías porque poseen entre sí fragmentos de la verdad, haciéndolos rivales. Pero la cristiandad, que posee las partes de verdad de cada uno de los credos, y más, puede mirar ambos credos con compasión y comprensión.
Esta, me parece, es la clave de un ecumenismo bien entendido. Entender que se puede promover la verdad de otros credos, por lealtad a la verdad, si se rechazan las falsedades de ellos, por la misma lealtad. Este último punto es importante, porque nos quedamos fatalmente cortos si solo viéramos lo verdadero y no buscásemos corregir lo falso. Porque no entregar la verdad completa es faltar a la verdad, y esto constituye una falta de caridad puesto que Dios es Verdad, el amor a Dios es la caridad, y decir menos que la verdad completa es faltar a esa caridad.
Al final del día, extra Ecclesia nulla salus, y si no buscamos convertir los corazones y que amen al Corazón Sagrado de Jesucristo, subiéndose a la barca de la Iglesia timoneada por Pedro, estamos realmente faltando a la caridad.
"Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad oye mi voz" (Juan 18:37) |